INTERNOS DEL PENAL N1 RECIBIERON LA CONFIRMACIÓN Y UN REGALO MUY ESPECIAL
Dentro del edificio de la Unidad Penal 1, un pequeño grupo de personas participaron de la ceremonia religiosa, que estuvo cargada de emotividad. Junto a quienes recibieron el sacramento estuvieron algunos familiares, miembros de la pastoral carcelaria y otros detenidos, que acompañaron el momento.
“El título más importante que tenemos es el de cristianos”, sostuvo el prelado. “Déjense conducir por el Espíritu Santo y no por el de la carne, que es el que nos lleva por mal camino y termina destruyéndonos”, instó.
“En la vida, cuando tocamos situaciones límites, no podemos salir solos. Tenemos que pedir ayuda. Y cuando uno llama a Dios, él responde”, aseguró. “Dios no abandona a nadie, no se niega a nadie”, sostuvo.
Así, en medio del ritual que incluye los gestos de la imposición de manos y de la unción, pidió a los devotos comprometerse a vivir como hijos de Dios.
Al momento de dar el sacramento a cada uno de los internos que participaron, Monseñor los llamó por su nombre a cada uno y dirigió a ellos cálidas palabras.
“Este momento es único del año, donde la administración penitenciaria siempre trata de acompañar en lo religioso a los internos, que están privados de su libertad”, expresó a época Rubén Roque Romero, subjefe del Servicio Penitenciario.
El funcionario destacó además el trabajo, de todo el año, del grupo religioso que organiza la catequesis dentro de la Unidad Penal. “Es muy especial para nosotros que la Iglesia, en su máxima representación con el Arzobispo, esté acompañándonos. Es una alegría tremenda”, aseguró.
En referencia a la celebración religiosa, recordó que “es algo que sucede todos los años y que demuestra que las personas dedicadas a la catequesis carcelaria acuden al llamado de quienes, sin duda, están necesitados de mucha espiritualidad y fortalecimiento”, reflexionó.
Al finalizar el encuentro, Stanovnik obsequió a los internos unos rosarios bendecidos por el Papa Francisco. “Los bendijo y me los regaló. Y yo se los traigo a ustedes”, expresó Monseñor. Varios internos del Penal, que no fueron quienes recién terminaban de cumplir con el sacramento de la confirmación, se acercaron Stanovnik sobre el cierre de la ceremonia para pedirle que los obsequiara también a ellos un rosario bendecido por el Papa.