El presidente Macri sigue enojado con los empresarios
El presidente Mauricio Macri está muy decepcionado con algunos de sus pares, los empresarios. Está convencido de que muchos de ellos solo buscan tener ventajas pero no asumir ningún costo. Y en la reunión de gabinete nacional de este martes lo graficó de la siguiente manera:
«El empresario argentino se viste con las mejores ropas del exterior pero cuando le decís de abrir las importaciones pone el grito en el cielo recordándote que se perderán puestos de trabajo», dijo el mandatario.
De esta manera, el jefe de Estado les mostró a sus colaboradores cómo le fastidia el doble discurso de ciertos hombres de negocios. En realidad el clima adverso hacia el empresariado argentino fue in crescendo, en particular porque los funcionarios perciben entusiasmo en el exterior por invertir en Argentina.
Justamente la vicepresidente, Gabriela Michetti, aportó lo suyo cuando relató que recibió una delegación de Japón quienes le dijeron que «no podemos entender cómo los empresarios argentinos no invierten en este maravilloso país». Parece ser, según comentan allegados al entorno presidencial, que no fueron solo palabras de elogios.
En concreto, antes del gobierno de los Kirchner había unas 100 empresas japonesas radicadas en el país, que hacia el fin del 2016 terminaron siendo unas 50. Desde la llegada de Macri al poder la tendencia se está revirtiendo ya que la presencia nipona ahora alcanza casi las 100 compañías, pero en el corto plazo aspiran a alcanzar las 200, según señalaba un alto funcionario.
Haciendo cálculos de almaceneros, algunos funcionarios se entusiasmaban: «Con que solo cada empresa tome unas 20 personas estimamos una creación de 2000 puestos de trabajo».
El apoyo externo fue ratificado también este martes con la intención de la empresa Norwegian Argentina de invertir unos u$s 5.000 mil millones en su proyecto de líneas áreas low cost, en ocasión de la visita de los reyes de Noruega.
La detención de Juan Carlos Lascurain, industrial que supo apoyar al kirchnerismo y presidió la Unión Industrial Argentina (UIA) durante 2008 y 2010 pareció un corolario para las quejas que viene formulando Macri sobre ciertos empresarios locales.
Cabe señalar que Lascurian se entregó este martes ante el juez Luis Rodríguez por incumplimiento de una obra pública en la mina de Río Turbio. Como presidente de la empresa Fainser tenía que ejecutar una ruta pero nunca se construyó (ver aparte).
Lascurian en su momento tenía un buen dialogo con el ex ministro de Planificación Julio de Vido, entre otros funcionarios, y era un asiduo participante de los actos de la ex presidente Cristina de Kirchner.
Si bien en momentos en que gobernaba el kirchnerismo había algunos empresarios que manifestaban su disconformidad, como lo fue el caso de Juan José Aranguren, lo cierto es que pocas empresas se atrevieron a hacerle frente. Es más, en los sectores empresarios recuerdan que quienes osaban levantar la voz eran severamente perseguidos. «Te escuchaban, te amenazaban», dicen, aunque no constan muchas denuncias judiciales sobre el particular. Es cierto también que algunas dirigencias empresarias optaron porque «sobrevivan» sus empresas manteniendo un bajo perfil.
«La dirigencia empresaria no se unió para cuestionar la perdida de institucionalidad como si lo hizo el campo con la creación de la Mesa de Enlace», reprochan en el Gobierno.
Macri está decidido a lograr que los empresarios argentinos acepten competir, apuesta a resolver los problemas vía las mesas sectoriales y pone por ejemplo que en Argentina la mayoría de los productos son más caros. «Los sueldos de nuestros trabajadores medidos en dólares son altos pero la capacidad de poder de compra es inferior a la de un trabajador en Chile», dicen que comenta en más de una oportunidad.
«Producir en Argentina es mucho más caro que en otros países», se defienden del sector empresario, al tiempo que recuerdan la fuerte presión impositiva, el tema del costo laboral, la logística, etc.
Justamente se dio a conocer el índice de costos que elabora la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEAC) que se ubica en 1,85% para febrero y ya representa «un aumento del 4.5% en 2018 con marca una suba acumulada de casi 14 % en los últimos seis meses».
De acuerdo al estudio, el combustible acumula «una suba de 24 % en los últimos seis meses, cifra que supera las proyecciones de inflación minorista para 2018», consigna la entidad empresaria.
En la Rosada están confiados en que podrán dar la batalla contra lo que consideran los «empresarios llorones» y que, como dijo en su momento el jefe de Gabinete, Marcos Peña, los hombres de negocios encuentre «otra voz» desplazando de la consideración oficial a los actuales representantes empresarios.
Según el jefe de Estado la pelea con el sindicalismo «nocivo» está encaminada ya que los «buenos dirigentes» se están ocupando de aislarlos, en una clara referencia a Hugo Moyano, sobre quién señalan que lo único que le preocupa es su situación judicial.
Disidencia
En tanto, algunos sectores empresarios se defiende argumentando que «no todos se quejan» y que muchos de ellos llevan adelante sus empresas sin un solo peso del Estado.
Admiten que no se puede obligar a «invertir» porque el resultado sería que los capitales se vayan a otros países. No sin sorpresa confiesan que están recibiendo cierto «maltrato» de parte del Ejecutivo.
Explican que los funcionarios se engolosinan con los elogios de inversores externos pero que «los empresarios extranjeros suelen tener en cuenta consultar cómo es el trato al empresario local antes de invertir», comentaba un importante empresario industrial.
En el mismo sentido, más de un empresario en voz baja admite que «la decepción no es solo del Gobierno, es mutua».
Finalmente. recuerdan que Macri asumió con la consigna de «pobreza cero» y para lograrlo necesitará que se creen muchos puestos de trabajo del sector privado, dejando en claro que más allá de los sentimientos ambos se necesitan. Ámbito