México y EE.UU. apuran la discusión del Nafta y pelean por el sector automotor
La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz asiste al equipo negociador. Quieren prontas definiciones para no interferir con las elecciones de julio.
La séptima ronda de negociaciones para actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan, o Nafta por sus siglas en inglés) se desarrolla en Ciudad de México hasta el 5 de marzo con el desafío de consensuar cambios de reglas en el sector automotor. Más del 70% de la producción de automóviles mexicanos se exporta a EE.UU.
También se espera que los jefes negociadores de Canadá, Estados Unidos y México acuerden mecanismos de resolución de disputas hasta tanto se imponga una cláusula que disolvería automáticamente el pacto comercial tras cinco años.
Según el Nafta, al menos el 62,5% del costo neto de un automóvil de pasajeros o camioneta debe originarse en la región para evitar aranceles, mientras que el presidente estadounidense, Donald Trump, quiere que ese umbral suba al 85%. El secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, dijo que prevén presentar una propuesta sobre las reglas de origen. La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) asiste al equipo negociador para presentar la propuesta.
Ya van seis meses de negociaciones para actualizar el Nafta, tras los reclamos de Trump al asumir la presidencia estadounidense respecto de disolver el acuerdo o transformarlo. En esta ronda también se esperan avances en sectores de telecomunicaciones, comercio electrónico e incluso el laboral.
Los negociadores buscan concluir estas conversaciones hasta el 5 de marzo, para evitar que se mezclen con las elecciones presidenciales del 1 de julio en México, aunque varios funcionarios prevén que a nivel técnico puedan extenderse por meses.
La semana pasada, la agencia calificadora de riesgos Moodys sostuvo que «la incertidumbre en torno al futuro del Tlcan continúa nublando la perspectiva para México (A3 negativa)» y explicó que la elevada dependencia comercial que México tiene con EE.UU. sería la «principal vulnerabilidad» del país latinoamericano en el caso de que su socio abandone de manera unilateral el acuerdo. De todas maneras, Moodys precisó que su escenario base continúa siendo que se lograrán acuerdos entre los tres socios para generar un tratado modernizado a fin de marzo.
En el 2017, México creció 2% (en 2016 se expandió 2,9%), impulsado por las actividades primarias y terciarias. La economía se fue ralentizando durante el año, algo que en gran medida se debe a que inversionistas y empresarios están a la expectativa del futuro del tratado.
En 2017, la inflación en México cerró en un 6,77%, y fue así la más alta desde el año 2000: se prevé que sólo descienda gradualmente y que no llegue al objetivo del 3% hasta 2019, entre otras cosas, por el incremento en energéticos, frutas y verduras, la volatilidad en torno a los comicios y la incertidumbre del Nafta.