TRAS EL ESCANDALOSO DEBATE, STANOVNIK HABLÓ DE INTOLERANCIA
En comunicación con periodistas de Radio UNNE, el clérigo afirmó que “algunas señales de lo que sucedió el martes preocupan porque hay una intolerancia muy grande que parte de grupos reducidos que no representa al total de la población”.
Después manifestó su convicción de que “la sociedad no comparte estos enfrentamientos y la dirigencia demostró que no tiene autoridad sobre sus militantes”.
Al respecto añadió que los referentes “deberían tener una actitud ejemplar, no tratar de resolver los desbordes con gritos”.
“El mejor y único modo de poder convivir es tolerarnos y optar por las vías más humanas y cristianas en donde podamos sostener con disciplina el diálogo”, recomendó Stanovnik.
Asimismo opinó que “esta problemática tiene que ver con la educación básica. Esa que recibimos en la familia y después se afianza en la escuela que es la que nos ayuda a poder respetar y establecer una relación de convivencia social con otro”.
La incapacidad de poder dialogar con alguien que piensa diferente se vio reflejada tanto en el público como en los oradores que pretendían presentar sus ideas en el debate. Sobre esta situación, Monseñor se refirió como “una manifiesta falta de autocrítica en la cual no se logra el consenso ya que vamos de un extremo a otro sin escuchar al que se considera un adversario”.
Stanovnik reflexionó que “debemos aprender a convivir o vamos directo a un caos en lo social”, y agregó: “Los argentinos necesitamos reconciliarnos y esto representa un camino arduo en el que no se puede hacer borrón y cuenta nueva, la única manera de acomodarnos en una crisis en hacerlo juntos con verdad, justicia y reparación social”.
El arzobispo brindó estas declaraciones al reflexionar sobre lo acontecido en el Hospital Escuela con Gustavo Valdés, Carlos Mauricio Espínola y Sebastián Ríos Brisco, y el desborde de los militantes.