Stanovnik destacó la experiencia de la cuarentena para promover el diálogo familiar

La celebración litúrgica correspondiente a la Misa de Resurrección se llevó a cabo ayer a las 10, en el Monasterio de Santa Clara.
Al igual que ocurrió con todas las celebraciones litúrgicas de Semana Santa, el Arzobispado de Corrientes transmitió a través de las redes sociales y plataformas de video online todo lo relacionado al evento cristiano.
En su homilía pascual, Stanovnik aprovechó para establecer una analogía entre la vida de Las Hermanas Clarisas y el confinamiento obligatorio impuesto por la pandemia.
“Hago mención del contexto en el que nos encontramos para destacar que en esta casa vive un grupo de mujeres que se aisló voluntariamente. Algunas llevan más de 40 años viviendo en esta “cuarentena” permanente, y otras, que apenas cumplieron 18 años, se están preparando para quedarse aquí definitivamente. ¿No les llama la atención que haya jóvenes que insistan en querer entrar a vivir la clausura en forma permanente?”, recordó el arzobispo.
Inmediatamente, el cura contrastó: “En cambio, nosotros no sabemos qué hacer para huir del aislamiento sanitario que aún no lleva un mes. Pero, por otro lado, y afortunadamente, hay quienes viven el desafío de quedarse en casa como una oportunidad para dialogar más en familia”.
El arzobispo aseguró que las hermanas descubrieron un tesoro que es más valioso que cualquier otra propuesta que puede ofrecer el mundo. “Cierran la puerta, no para esconderse y evadirse de los problemas cotidianos, sino para abrir esa otra puerta por la que dejan pasar a Jesús para dejarlo resucitar todas las mañanas en sus corazones y que les dé fortaleza para los trabajos de subsistencia que realizan diariamente, y las disponga dócilmente a estar al servicio de los más débiles”, explicó,e instó así a los católicos a pensar en Cristo resucitado y a introducirlo en sus vidas a través de la oración para pasar el aislamiento.
Como ocurrió en la Misa del Domingo de Ramos, el pastor le atribuyó la pandemia al “egoísmo” y “ambición” de algunos sectores mundiales. “Con el poder de Cristo resucitado es posible superar todo mal y soñar con un mundo en el que nos cuidemos más y atendamos primero a los más pobres”, expresó.
Stanovnik revalorizó las voces que instan a salir “mejores personas” luego de la pandemia y pensar en estructurar la convivencia social con una escala de valores en los que se priorice a los más vulnerables.
Por último, el arzobispo se dirigió a quienes consideran una actividad tediosa el pasar tiempo con integrantes de la familia: “La escuela es para aprender a tratarnos mejor y ser creativos para enfrentar los límites es nuestra propia familia. La casa se convirtió en un espacio exigente y provocador que nos reclama un nuevo ejercicio de paciencia y diálogo, de perdón y de reencuentro”.
La próxima festividad cristiana es la de San Expedito, el 19 de abril.