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Hasta un 30% de las consultas dermatológicas tienen un componente asociado al estrés

Los problemas cutáneos más frecuentes son dermatitis atópica, psoriasis, acné, rosácea, cáncer de piel y micosis superficiales. Con el uso de la IA, se espera una mayor personalización de los tratamientos en los próximos años.

En un contexto de sobreinformación y fake news, desde el Hospital de Clínicas de la UBA hacen un llamado a la población para que haga sus consultas en centros de salud periódicamente, y además, se le dé importancia a la fotoprotección diaria, la higiene suave, la hidratación adecuada, evitar el tabaco, tener una dieta balanceada y controlar el estrés como medidas básicas para cuidar la piel. Esto sucede en el marco de las IV Jornadas Intensivas de Dermatología del Hospital de Clínicas de la UBA.

La Dra. Graciela Manzur (MN 63.141), jefa de la División de Dermatología de la institución, directora del Centro de Investigación en Genodermatosis y Epidermólisis Ampollar (CEDIGEA), preside estas jornadas donde expertos de nuestro país y del exterior hablarán de los temas más importantes sobre la piel, abarcando desde las patologías más masivas hasta enfermedades poco frecuentes y de alta complejidad; desde los desafíos de hoy en el diagnóstico, hasta el uso de la IA en la dermatología y los tratamientos del futuro.

Problemas y errores más habituales 

En este marco, la médica menciona los errores más comunes que comete la gente en relación a su piel: “Automedicarse, asistir a las farmacias en búsqueda de diagnósticos y prescripciones en vez de ir a la consulta médica, utilizar medicaciones viejas para problemas nuevos que confunden como idénticos a episodios pasados, o utilizar medicaciones que alguien más les recomendó por experiencia personal. Manipular las lesiones, abusar de exfoliantes, no usar protector solar en días nublados y confiar exclusivamente en “tips” de redes sociales. Tenemos que aprender a buscar información confiable y consultar a nuestros centros de referencia”.

Actualmente, los problemas cutáneos más frecuentes en nuestro país son: “dermatitis atópica, que está en aumento probablemente debido a la urbanización y el incremento en los alergenos ambientales; psoriasis, que se encuentra en un 2 a 3% de la población; acné y rosácea, asociados a hábitos, alimentación y estrés; cáncer de piel, en ascenso por exposición solar acumulativa y/o intermitente sin la protección adecuada; y micosis superficiales, favorecidas por el clima y hábitos higiénicos variable como una limpieza deficiente de las herramientas de corte en las barberías y peluquerías”.

Amenazas crecientes: ETS y problemas de salud mental

Sin embargo, otros problemas avanzan. Así como han aumentado los casos de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y otras infecciones que estaban más controladas, han aumentado también los problemas de salud cutánea. Manzur sostiene que crecieron “especialmente las infecciones cutáneas virales y bacterianas, algunas asociadas a la reemergencia de ETS como sífilis y herpes genital. La globalización, cambios en conductas sexuales y menor percepción de riesgo influyen en este incremento. Muchas veces a través de la detección de una ETS realizamos un screening y encontramos otras enfermedades que podrían haberse contagiado y el paciente desconocía”.

Por otra parte, la salud emocional representa un desafío cada vez mayor también para el cuidado de la piel. Según el Ministerio de Salud, en Argentina, 1 de cada 3 personas presenta un problema de salud mental a partir de los 20 años. Las problemáticas más frecuentes son los trastornos de ansiedad, del estado de ánimo y los problemas por consumo de sustancias. Un estudio de Voices indica que Argentina se encuentra entre los países con peor evaluación de su nivel de estrés.

Desde el Clínicas, Manzur comenta que “hasta un 30% de las consultas dermatológicas presentan un componente psicosomático significativo que influye en la aparición, evolución o persistencia de la enfermedad. La genética define predisposiciones, como en la psoriasis o la dermatitis atópica. Sin embargo, el estrés, la ansiedad y otras condiciones emocionales pueden actuar como desencadenantes o agravantes. En las genodermatosis por ejemplo, el peso de los factores genéticos es muy distinto al de la mayoría de las dermatosis comunes, pues éste es el determinante principal. No obstante, lo emocional puede influir de forma secundaria en la evolución y calidad de vida. El estrés, la depresión o ansiedad no desencadenan las genodermatosis, pero pueden agravar síntomas, aumentar el prurito, dificultar la adherencia al tratamiento o empeorar la percepción del dolor”.

La microbiota cutánea

Proteger y fortalecer la microbiota cutánea implica mantener el equilibrio y diversidad de microorganismos beneficiosos que actúan como defensa natural y moduladores del sistema inmune. “Para ello, se recomienda usar limpiadores suaves con pH fisiológico, evitar duchas prolongadas y muy calientes, e hidratar la piel diariamente con emolientes ricos en ceramidas y ácidos grasos. Es clave limitar el uso de antibióticos y antisépticos en piel sana, así como adoptar hábitos saludables como una dieta rica en fibra, ejercicio regular, buen descanso y control del estrés. También se pueden incorporar probióticos y prebióticos tópicos u orales, y reducir agresiones externas mediante fotoprotección, ropa adecuada y menor exposición a contaminantes”, sostiene Manzur, que anticipa que en las jornadas se compartirá evidencia sobre el uso de probióticos en acné y psoriasis, áreas donde la investigación está abriendo nuevas oportunidades terapéuticas.

La IA en la salud de la piel y el futuro de la salud de los tratamientos

La Inteligencia Artificial está mejorando la detección temprana de cáncer de piel, la clasificación de lesiones y el seguimiento fotográfico a largo plazo. Manzur aclara que: “Nunca suplantará al dermatólogo, pero quienes no aprendan a potenciar sus habilidades con ellas quedarán francamente en desventaja. La ecografía cutánea, que utiliza esta tecnología, permite evaluar profundidad y relación con otros tejidos de lesiones, para guiar tratamientos y disminuir el riesgo de complicaciones. En síntesis todas estas herramientas potencian la capacidad de decisión del especialista”.

Con respecto al futuro de la dermatología, será cada vez más preventiva, predictiva y personalizada. La médica anticipa que “el futuro combinará precisión diagnóstica y terapias personalizadas. Terapia génica y edición genética para epidermólisis ampollosa, ictiosis y otras genodermatosis. Terapias dirigidas y biológicos cada vez más específicas, con menos efectos adversos y mayor eficacia, por ejemplo en psoriasis, dermatitis atópica, hidradenitis supurativa. Uso de matrices dérmicas, bioimpresión 3D de piel y células madre para quemaduras y úlceras complejas”.

Las IV Jornadas Intensivas de Dermatología se llevarán a cabo en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA, el 12, 13 y 14 de Agosto. Contarán con un nutrido programa científico, donde se abordarán los temas de la dermatología de manera integral de la mano de los más prestigiosos profesionales del país y un selecto equipo de Maestros Internacionales de la Dermatología tales como los profesores Peter Marinkovich de Estados Unidos; Lidice Dufrechou de Uruguay y Vicente Navarro Lopez de España.

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