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San Cirilo, una fiesta bendecida por amistad, música y tradición

Tras la postergación, la tradicional celebración se realizó el domingo en la mística estancia cercana a Caá Catí. Como es habitual, participaron reconocidos artistas como Julio Cáceres, Santiago, «Bocha» Sheridan, entre otros.

No fue un 30 de octubre, como manda la tradición. La Fiesta de San Cirilo se celebró este domingo en las instalaciones de la reconocida estancia cercana a Caá Catí. Numerosos artistas y miles de visitantes disfrutaron de las bondades que ofrece este «Templo de la amistad», celebración que cada año coincide con quien fuera el dueño del lugar con Cambá Avel (si, con V) Esquivel.

Desde horas tempranas los visitantes fueron llegando al predio, el ritual es siempre el mismo, saludar a los familiares de don Cambá, buscar una buena sombra y compartir la jornada cargada de platos típicos, música y amistad. Dos enormes ollas humeantes que esperan ser servidas dan la bienvenida con un delicioso mbaipí, se reparten las mandiocas y batatas hervidas mientras el extenso rosario de asado a la estaca va despacio tomando su sabor.

«Es una celebración de amigos, de los que todos los años venimos para recordar a don Cambá y mantener viva su memoria por medio de la amistad», expresó a época Pedro Ortiz, que junto a un grupo de personas y familiares se encargan cada año de esta celebración. Sin aporte del Estado o de privados, todo sale de ellos, a fuerza de pulmón, una inversión enorme y que cada vez se torna más y más pesada. «Es un esfuerzo enorme, nos cuesta mucho pero es un sacrificio que hacemos para que esta tradición se mantenga en el tiempo», refirió.

Raúl Báez, reconocido conductor de televisión y amigo de la familia, refirió que «es la primera vez que se celebra fuera del 30 de octubre, pero el mal tiempo nos amagó y se tuvo que celebrar este domingo», dijo y añadió: «Todo esto es un gran esfuerzo, ojalá la gente lo pueda entender y alguien pueda también colaborar, porque todos los gastos corren por cuenta de la familia y los amigos».

Nunca se le niega la entrada a nadie. San Cirilo es una fiesta de «tranqueras abiertas», en la que se comparte la mesa, lo que algunos solidarios traen para compartir como chicharrón trenzado, sopa paraguaya o empanadas, pero sobre todo la «enchamigada», esa hermosa costumbre de abrazar, conversar y cantar, todo bajo el manto del chamamé.

El pequeño escenario montado a un costado del enorme gomero, testigo fiel desde el inicio de esta antigua tradición, recibió bajo su sombras a numerosos artistas. Fueron de la partida nombres como Julio Cáceres, que recordó en canciones y versos a don Cambá Avel, Santiago «Bocha» Sheridan y sus músicos, Manuel Cruz y su conjunto Estampas Correntinas, los sanmigueleños Nino Ramírez y Erika Mbaruke, el bandoneonista Oscar Mambrin, el grupo de jóvenes mercedeños Pura Sangre, entre tantos otros.

Como es habitual, el polvo se elevó ni bien comenzaron las parejas a copar los espacios de la habitual enramada chamamecera para disfrutar de la música en vivo. Como siempre sucede, el baile se extendió durante toda la tarde, incluso entrada la noche, para despedir otra jornada cargada de expresiones, costumbres y tradiciones en la mística estancia San Cirilo, que permanecerá en silencio hasta el próximo año.

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