Crece la preocupación por el abigeato en Goya y la región

Procedimientos de la policía rural evitaron perjuicio millonario.
La problemática del abigeato dejó de ser un hecho aislado para convertirse en una amenaza latente en toda la provincia. Lo que antes parecía concentrarse en los departamentos litorales, con epicentro en la costa del río Uruguay, también se replicaba en Goya y sus zonas rurales. Nada más que ahora sí se extiende el combate a la inseguridad rural, o al menos eso parece.
Durante el fin de semana la Policía Rural y Ecológica de esa ciudad realizó dos operativos que evitaron daños importantes a los productores ganaderos.
El primer caso se registró en la tercera sección de San Rafael, cuando un productor denunció la desaparición de 30 terneros de su establecimiento. El hombre aseguró que los animales estaban el viernes 19 de septiembre por la tarde, y que al día siguiente ya no se encontraban en el lugar.
La denuncia activó un rápido despliegue policial. Al llegar al campo, los efectivos detectaron un corte en el alambrado hacia el este. Siguiendo huellas cruzaron la Ruta 12 y hallaron un primer ternero con la marca del denunciante en un establecimiento vecino.
La búsqueda continuó por más de siete kilómetros hasta dar con el resto de los animales: los vacunos estaban ocultos en otra fracción rural. Al advertir la presencia policial los cuatreros abandonaron la hacienda y escaparon, frustrándose así el intento de robo.
Con la colaboración del propietario los animales fueron pasados por la manga y se corroboró la marca y señal del denunciante. De esta manera, los terneros fueron restituidos y se evitó una pérdida que hubiera significado un enorme perjuicio económico.
«Fue clave la inmediatez en la respuesta. Si demoraban unas horas más los animales ya podían haber sido trasladados a otra provincia o faenados clandestinamente», confió una fuente ligada al procedimiento.
El segundo hecho se produjo apenas dos días después, durante un control vehicular en la tercera sección de Mercedes. Allí efectivos de la Unidad Especial de Seguridad Rural y Ecológica interceptaron una camioneta Ford 100 que trasladaba en su interior bolsas con alrededor de 500 kilos de carne vacuna.
Los ocupantes del vehículo, dos hombres mayores de edad, no contaban con documentación que acreditara la procedencia de la mercadería. Además, el transporte se realizaba sin ningún tipo de cuidado sanitario.
Junto a la carne los policías hallaron cuchillos, lazos y otros elementos de faena. Todo fue secuestrado, mientras que los sospechosos quedaron a disposición de la fiscalía en turno.
La carne, además de provenir de un ilícito, representaba un riesgo para la salud pública. No cumplía con las condiciones mínimas de higiene ni con los requisitos establecidos por la ley de la policía sanitaria animal.
«Estamos ante un delito que ya no sólo afecta al productor, sino que pone en peligro a los consumidores. La carne faenada en estas condiciones puede ser foco de enfermedades», explicaron desde el área de control.