Incertidumbre laboral de más de 500 empleados de Tapebicuá

La maderera freno su producción hace cinco días en Virasoro. Dejó en suspenso a 520 trabajadores. Adeuda sueldos.
Transcurrieron cinco días de la paralización de la producción en la forestadora Tapebicuá, ubicada en Gobernador Virasoro, Corrientes, y crece la incertidumbre y la preocupación de centenares de familias sobre lo que pasará con la fuente laboral de los más de 500 empleados que trabajan en el lugar, ya que la empresa anunció la paralización de la producción por 30 días, y la actividad se frenó el último viernes 8 de agosto.
La crisis que afecta al país hace mella en el norte del país, que es una zona con importante producción forestal, ya que está ubicada la mayor cantidad de aserraderos en la región.
La empresa maderera anunció la semana pasada que interrumpirá su producción durante un mes y que dejará cesantes temporalmente a los más de 500 trabajadores.
Sobre la situación, el periodista de FM Libre, José Luis Anchetti, brindó un panorama y afirmó que el hecho genera «un gran impacto social», y que «va a repercutir en toda la comunidad».
«Es muy triste pensar en estas personas que están quedando sin respuesta y -posiblemente- sin trabajo», remarcó.
Explicó -además- las causas de la decisión empresarial, atribuyéndolo a la «política del Gobierno nacional».
«No hay plata, no hay venta, no hay ingreso», afirmó. Y en este sentido, detalló que el efecto fue inmediato, «paró la construcción y la forestadora vende también al mercado interno», y también «la importación de fenólico de Brasil, que afecta a la producción local».
La industria forestal es uno de los pilares productivos de Corrientes, con fuerte concentración en Virasoro, Santo Tomé y zonas aledañas.
La crisis de la industria Tapebicuá compromete 520 empleos directos, y también a un amplio sector que trabaja en torno a ellos como transportistas, talleres mecánicos y proveedores de insumos y la comunidad en su conjunto.
El cese de operaciones en la maderera de Virasoro implica la detención completa de las líneas de aserrado y procesamiento, afectando no solo a los empleados directos, sino también a proveedores, transportistas y contratistas vinculados a la cadena forestal de la región.
«Es un golpe duro para Virasoro y para toda la zona forestal del norte de Corrientes», reconoció una fuente municipal, que admitió la preocupación por el impacto económico y social, que podría llegar a más localidades.