La Nación vuelve a postergar la licitación de rutas del Mercosur

El gobierno nacional prorrogó otra vez el llamado a concesión privada de tramos clave de las rutas nacionales 12 y 14 en Corrientes.
Con la reciente postergación del llamado a licitación para las rutas del Mercosur, el Gobierno nacional volvió a patear hacia adelante una definición clave para la infraestructura vial de Corrientes y el Litoral. El proceso para privatizar 700 kilómetros de rutas estratégicas, entre ellas tramos de las rutas nacionales 12, 14 y 117 que cruzan territorio correntino, fue prorrogado por segunda vez en menos de dos meses.
Mientras tanto, las rutas se siguen deteriorando, sin obras ni mantenimiento sostenido. La Dirección Nacional de Vialidad, históricamente responsable de estas tareas, fue desmantelada en sus funciones técnicas y presupuestarias, aunque formalmente no haya sido cerrada por decisión judicial, sin embargo apenas sobrevive sin capacidad de ejecución propia.
La nueva resolución, publicada el 23 de julio en el Boletín Oficial con el N.º 40, establece que el proceso licitatorio se extenderá hasta el 8 de septiembre a las 12, y la apertura del primer sobre con ofertas se realizará una hora después. La fecha anterior estaba prevista para el 5 de agosto.
Desde mayo, cuando se anunció el proceso de concesión, las condiciones ya habían sufrido modificaciones. Y ahora, con esta nueva prórroga, se agudiza la incertidumbre sobre el futuro de las rutas más transitadas del Noreste argentino.
TRAMOS CLAVES
El plan oficial apunta a entregar en concesión, bajo la modalidad de obra pública por peaje, un corredor vial de 700 kilómetros que incluye conexiones claves con Brasil y Uruguay. Entre los tramos involucrados figuran:
– Ruta Nacional 14, desde Ceibas hasta Paso de los Libres.
– Ruta Nacional 117, desde Paso de los Libres hasta el puente internacional Agustín P. Justo.
– Ruta Nacional 12, desde Zárate hasta Gualeguay y otras secciones del Norte entrerriano.
Estas vías no sólo sostienen la circulación interna de bienes y personas en la región, sino que son fundamentales para el transporte internacional y el intercambio comercial del Mercosur.
En ese marco, la falta de mantenimiento y la paralización de obras comprometen seriamente la seguridad vial y el desarrollo económico regional. Las banquinas invadidas por malezas, la señalización deteriorada y los baches crónicos hoy son parte del paisaje cotidiano.
SILENCIO OFICIAL
El modelo elegido por la Nación implica transferir a privados la «construcción, explotación, administración, reparación, ampliación, conservación y mantenimiento» de las rutas. Pero hasta que se concrete, nadie se hace responsable.
«Lo más grave no es sólo que se privatiza, sino que mientras tanto se abandona», advirtieron fuentes gremiales y técnicas ligadas a Vialidad Nacional, donde ya se denunció el vaciamiento de delegaciones, despidos encubiertos y cancelación de contratos de obra en marcha. La licitación tampoco garantiza mejoras inmediatas. Aun si se adjudicaran los tramos en septiembre, los plazos de inicio de obras pueden extenderse varios meses más. En el medio, el deterioro avanza.
El impacto no es sólo vial. Sin mantenimiento estatal ni obras en ejecución, se resiente el turismo, el comercio regional, la seguridad en el transporte y hasta los tiempos de respuesta ante emergencias.
UNA DECISIÓN QUE AFECTA A TODOS
Las rutas del Litoral no pueden quedar libradas al olvido o al mercado. La experiencia de concesiones pasadas ya mostró que no todas las empresas cumplen con los compromisos de mantenimiento. Y las rutas del Mercosur -con tránsito pesado, internacional y sostenido- no admiten demoras.
El Gobierno nacional debe responder no sólo a la licitación, sino al estado actual de la red vial. Mientras discuten por los pliegos, se deterioran las rutas y se desarticula el organismo que históricamente las sostuvo. La prórroga no es sólo un retraso burocrático, es una forma de agravar un problema estructural.