Destacan la recuperación ambiental en dos reservas de Yacyretá

El relevamiento, que registró 35 especies de helechos y licófitos, revela la presencia de especies raras en la flora argentina y otras de alto valor para la conservación, lo que evidencia la capacidad de recuperación de los ecosistemas locales.
Un estudio científico confirma que la vegetación nativa está regresando a zonas de Corrientes que fueron gravemente afectadas por la construcción de la represa de Yacyretá. El trabajo fue declarado de interés legislativo por la Cámara de Senadores de Corrientes, a propuesta del senador Diógenes González.
El estudio fue liderado por el Dr. Esteban I. Meza Torres, biólogo formado en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y actualmente investigador en la Unidad Ejecutora Lillo (CONICET – Fundación Miguel Lillo, Tucumán). Participaron también Saúl Páez y Héctor Keller, del Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE), Lisandro Cardinale, biólogo de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), y los guardaparques correntinos Néstor Fariña y Olga Villalba, quienes brindaron un valioso apoyo en el trabajo de campo.
El proyecto significó un extenso trabajo de campo realizado desde 2016 que culminó en un inventario florístico exhaustivo de los licófitos y helechos de la Reserva Natural Rincón de Santa María y R.N. Mbaracayá, ubicadas en el Departamento Ituzaingó de la Provincia de Corrientes.
Naturaleza que se recupera
Uno de los puntos más destacados del artículo publicado en la revista «Ecología Austral», son los hallazgos encontrados en la Reserva Natural Mbaracayá, que fue severamente alterada durante la construcción de la Central Hidroeléctrica Yaciretá hace más de 20 años. Hoy, esta área muestra una importante recuperación de su vegetación nativa, albergando especies raras y de alto valor de conservación para nuestra región.
Entre los registros, sobresale el hallazgo del licófito Isoetes gardneriana, ya que la población encontrada representa el cuarto registro de la especie en la Argentina. Además de estas poblaciones, la especie solo se conoce en otras dos localidades de Brasil, por lo que se la considera en peligro de extinción. Además, en ambas reservas se encontraron poblaciones de dos especies de helechos arborescentes, vulgarmente conocidas como «chachis». Las especies en cuestión son Cyathea atrovirens y Cyathea delgadii, siendo la ultima especie clasificada como en Peligro Crítico. Por otro lado, también se documentaron especies raras para la Argentina, como Dicranopteris flexuosa y Sticherus lanuginosus. Adicionalmente fue encontrada en una de las reservas un helecho que no estaba registrado para la Provincia de Corrientes, Lygodium volubile. Esta especie tiene como particularidad de que sus hojas crece como una extensa enredadera entre los árboles y arbustos. A partir de estos resultados, estos investigadores calculan el número de 108 especies de licófitos y helechos nativos en nuestra provincia.
Un territorio con biodiversidad única
El estudio incluyó relevamientos florísticos en la Reserva Natural Rincón de Santa María y R. N. Mbaracayá. Como resultado se obtuvieron registros de 16 familias botánicas de helechos y licófitos, 27 géneros y 35 especies.
Aunque no se identificaron especies nuevas para la ciencia, el trabajo amplía significativamente el conocimiento sobre la flora del noreste argentino y resalta el rol de estas reservas como corredores biológicos entre los ecosistemas de las selvas misioneras y el Chaco Húmedo.
Ciencia con impacto ambiental y territorial
El reconocimiento legislativo pone en valor no solo el aporte científico, sino también el impacto concreto del trabajo para la gestión y conservación de ambientes naturales. Según el Dr. Meza Torres, los resultados obtenidos aportan herramientas para diseñar estrategias de restauración y protección de hábitats nativos en áreas intervenidas por la actividad humana.
El estudio demuestra que, con un manejo adecuado, la naturaleza puede recuperarse y seguir albergando una gran diversidad florística, incluyendo especies de alto valor de conservación. Esto es posible incluso en zonas profundamente alteradas por grandes obras de infraestructura. «Esto adquiere mayor relevancia en un contexto en donde los incendios reiterados de nuestras áreas naturales representan una gran amenaza para la biodiversidad», destacó Meza Torres.
¿Qué son los licófitos?
Los licófitos son plantas muy antiguas que habitan la Tierra desde hace más de 400 millones de años. Aunque no tienen flores ni semillas, se reproducen por esporas, al igual que los helechos. Se desarrollan principalmente en ambientes húmedos y sombríos, como selvas, bosques nublados y sotobosques tropicales.
Una característica clave que los distingue es que tienen hojas simples, llamadas micrófilos, que poseen una sola vena. Esto contrasta con las hojas de los helechos, que son mucho más grandes y complejas, con un sistema de venas ramificadas.
Entre los licófitos actuales se encuentran plantas como Selaginella, que suele crecer como pequeñas alfombras verdes sobre el suelo húmedo, Lycopodium, que recuerda a una miniatura de pino, y Isoetes, que vive en ambientes acuáticos o pantanosos. Aunque muchas de estas especies pasan desapercibidas por su tamaño, forman parte de un linaje vegetal fundamental que conecta el presente con los orígenes de la vida terrestre.