San Lorenzo y un triunfazo que le permite soñar
Había que ganar para poder soñar. El equipo de Leandro Romagnoli necesitaba quebrar la mala racha, romper con el flojo desempeño que había demostrado en los primeros tres partidos de la CONMEBOL Libertadores y mostrar otra actitud.
La mano del nuevo entrenador se vio desde el arranque del encuentro. Un equipo que salió a pelear por lo que quería y ya a los 15 minutos ganaba por 1 a 0, con una gran definición de Alexis Cuello que, aunque Ramírez alcanzó a tocarla, no pudo evitar que terminara en el fondo del arco.
El VAR tardó demasiado en aprobar una jugada que a las claras era válida. Sin embargo llegó el ansiado pitazo del árbitro y todo el Pedro Bidegain explotó de alegría. Pero el Ciclón no estaba conforme, estaba obligado a ir por más y no levantó el pie del acelerador.
Con empuje, garra y lucha en cada rincón del campo de juego, los del Pipi dominaron e incomodaron a un Independiente del Valle, que nunca logró acomodarse en el partido.
Diez minutos más tarde llegó el segundo, con un bombazo de Adam Bareiro, tras una gran jugada que había comenzado con una recuperación en mitad de cancha de Remedi y, después de una serie de toques selló el delantero paraguayo.
La mala noticia para San Lorenzo llegó a los 32 con la inesperada lesión de Facundo Altamirano. El arquero sufrió un desgarro y debió ser reemplazado por Gastón Gómez.
El arranque del segundo tiempo mostró más de lo mismo. Independiente del Valle perdido, a pesar de los ingresos del delantero Lautaro Díaz y el volante Patrik Mercado.
En tanto el local, cómodo con el marcador, buscó manejar los tiempos a partir de la tenencia. A la vez, cuando perdía la pelota, presionaba rápido para salir de contragolpe.
Gandolfi siguió moviendo el banco. Mandó a Bolaños y Medina para lograr más dinámica. Desesperado por descontar, Independiente tomó la iniciativa y le quitó la pelota a San Lorenzo, pero sin ideas sus ataques se disolvían sin llegar a inquietar a Gómez.
La más clara del segundo tiempo llegó a falta de 15 minutos para el final. Con una pelota parada que Campi bajó de cabeza para Bareiro, quien solo ante el arquero definió fuerte pero al medio y Ramírez sacó al córner.
El cierre parecía definido, pero a falta de cuatro minutos para el final Romaña cometió una brusca falta que le valió la expulsión y San Lorenzo perderá a un jugador clave para el próximo duelo.
Un triunfo contundente y valioso que le permite soñar con el pase de ronda. Ahora habrá que ganar las dos finales que quedan, ante Liverpool en el Bajo Flores y Palmeiras, en Brasil.