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Curuzucuateño desarrolla una vacuna contra el coronavirus

Darío Álvarez es un bioquímico oriundo del centro-sur de la provincia y hace más de una década presta servicios en el Hospital Militar Central de Buenos Aires. Junto a un equipo de investigadores, llevan adelante la Fase 3 de dicho estudio.

Investigadores de nuestro país han comenzado a desarrollar una vacuna trivalente, capaz de combatir el coronavirus, la gripe y la bronquiolitis, lo que podría ser un avance muy importante para la ciencia. «La vacuna trivalente existirá y a eso es a lo que apuntamos con esta serie de ensayos», confirmó el jefe de Investigación y Docencia del Departamento Materno-Infantil del Hospital Militar Central, Gonzalo Pérez Marc, quien encabeza el inicio de los ensayos clínicos de un nuevo inoculante contra el virus sincicial respiratorio que causa la bronquiolitis, que significará la primera parte del estudio.

El equipo está conformado por varios especialistas, entre los que se encuentra el bioquímico Darío Álvarez, oriundo de Curuzú Cuatiá y egresado de la Universidad Nacional del Nordeste. Su matrícula profesional es 10659 y ejerce la profesión desde hace más de una década.

«Me recibí en 2009 en la UNNE (Universidad Nacional del Nordeste), de ahí me vine a hacer mis residencias clínicas al Hospital Militar Central, además de ingresar como profesional de la fuerza, y luego continué especializándome y capacitándome por acá, por lo que llevo más de una década radicado en Buenos Aires», contó el protagonista en declaraciones a época.

Al ser consultado por su llegada a la fuerza y al nosocomio ubicado en la provincia de Buenos Aires, explicó: «Siempre me pareció interesante y me llamó la atención la formación militar, más mi vocación vinculada al área de salud. Mi idea en su momento fue la de volver a mi ciudad y ejercer en el Hospital Militar de Curuzú Cuatiá, pero por cuestiones de la vida comencé a interiorizarme cada vez más en el ámbito de la salud, continué estudiando, y por eso decidí quedarme en Buenos Aires».

«También trabajo en un laboratorio privado por la tarde, aquí estoy a cargo del área de virología. Son desafíos que uno va tomando a medida que se los va encontrando, y eso hizo que me quedara por acá», agregó.

«Tuve la suerte de que en el Hospital Militar comenzaron a llevarse adelante estos proyectos, y justamente, cayeron en el sector de Biología Molecular, que es donde me desempeño. La suma de todas esas cosas se transformó en mi carrera y mi actualidad», contó.

Respecto a las nuevas funciones que debió llevar adelante con la llegada del COVID-19, Álvarez recordó: «El comienzo de la pandemia fue una etapa muy dura para nosotros y para nuestro trabajo, porque a los proyectos de investigación que estábamos llevando adelante, tuvimos que agregarle el trabajo inherente al coronavirus».

«Por ejemplo, teníamos a cargo el análisis de los testeos PCR, además de la carga de datos que debía estar a las cuatro horas; ocuparnos de capacitar a los bioquímicos y especialistas sobre esta cuestión, hacer el seguimiento de cada uno de los pacientes, y trabajar en los protocolos a implementar en este tipo de áreas sensibles. Nos ocupábamos del covid las 24 horas del día, porque en el laboratorio privado en el que trabajo también debía llevar adelante esa tarea, teníamos personal a cargo y la sensibilidad de la problemática, más toda la incertidumbre existente en aquel momento, y la presión por obtener resultados rápidos y certeros», señaló.

Nosotros, en ese entonces, también formamos parte del estudio de investigación sobre el tratamiento a pacientes con COVID-19 positivo con plasma de convaleciente y su evolución, así que todas esas tareas las llevamos adelante.

El desafío de crear una vacuna trivalente

Ahora, con más protocolos, más información, y aprovechando que contamos con un poco mas de tiempo, comenzamos a hacernos cargo de diferentes proyectos de investigación: fuimos seleccionados para el ensayo en pacientes para las pruebas de Fase 3 de la vacuna desarrollada por el laboratorio Pfizer, y fuimos parte de la publicación de los resultados que se imprimieron en la revista «The New England Journal of Medicine».

Pero, además, participan de un ensayo clínico de la vacuna conocida como «vegetal», desarrollada por Medicago, que se está llevando adelante también en Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Brasil, y para el cual el Hospital Militar aportó la mayor cantidad de participantes.

«Hemos terminado la Fase 3 de dicha vacuna y estamos esperando los resultados de la misma», indicó.

Actualmente, el desafío es comenzar con una serie de ensayos clínicos que, en principio, prueben por separado vacunas innovadoras contra el sincicial respiratorio y la influenza, lo que se encuentra actualmente en una etapa regulatoria y, en caso de que sea aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), empezaría en noviembre.

Álvarez explicó que el proyecto en el que participa inició en agosto del año pasado, cuando el número de casos de COVID-19 era elevado. Apuntó que «el desafío es una triple viral», apuntando no sólo al coronavirus sino también a la bronquiolitis, luego la influenza y posteriormente, una monodosis para los tres virus.

Señaló que utilizan una plataforma de ARN mensajero, como las de Pfizer y Moderna, agregando que «el COVID-19 vino para quedarse». Por ello, recordó la importancia de este tipo de vacunas preventivas, indicando que se está esperando al verano cuando, un gran porcentaje de la población esté vacunada.

Álvarez, que estuvo tres años en residencia en el Hospital Militar Central en Buenos Aires y hoy es el jefe de una de las áreas, indicó que el trabajo para la concreción de la vacuna lo realiza junto a un equipo especializado. «Nosotros, con mi grupo de trabajo, realizamos el seguimiento a los voluntarios, haciendo el diagnóstico molecular (PCR-real time) posvacunación», aseguró el correntino, y dijo: «Todos los días tenemos hisopados de los voluntarios: los médicos van a sus domicilios y los hisopan si refieren síntomas».

Los especialistas científicos de la Fundación Infant (una organización sin fines de lucro cuya misión es investigar las causas de enfermedades respiratorias) y el Hospital Militar Central, a fines del año pasado realizaron estudios de fase 3 para la vacuna Pfizer, que fue la primera en recibir validación de emergencia en un país por la Organización Mundial de la Salud.

El grupo de investigación está liderado por Fernando Polack, Gonzalo Pérez Marc y Romina Libstein, que son parte de la fundación y lideran los estudios de Pfizer en Argentina.

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