El hermanito de Maxi Meza, otro producto de Caá Catí

Ubicado a 126 kilómetros de la capital provincial, Caá Catí es la capital del departamento de General Paz. Con poco menos de 8.000 habitantes, además de sus bellezas naturales, sus tradiciones y el gusto por el chamamé, la localidad tiene una característica llamativa: la aparición de virtuosos futbolistas.
Unas décadas atrás, los futbolistas del pueblo llegaban a Corrientes traídos por algunos dirigentes que les habían visto condiciones para jugar con el club al que representaban en el torneo de la liga capitalina.
Más acá en el tiempo, captadores de talentos de clubes porteños fueron directamente a Caá Catí a reclutar jugadores: fue el caso del delantero Daniel “Keko” Villalva, que tras hacer las inferiores jugó en la primera de River Plate a los 16 años, y luego pasó por el Querétaro y el Veracruz de México, para recalar actualmente en el Goiás de Brasil.
El otro caso es el del mediocampista Maximiliano Meza, que se sumó en el 2010 a las inferiores de Gimnasia y Esgrima La Plata, debutando tres años más tarde en primera división. “Maxi” fue transferido luego a Independiente, y actualmente juega en el Monterrey de México. En el Mundial de Rusia 2018 vistió la camiseta de la selección argentina.
Pero otra promesa está surgiendo de Caá Catí. Se trata de Juan Cruz Meza, hermano de “Maxi”, de tan solo 13 años, quien fue descubierto en una prueba hace dos años organizada por River Plate, señala una nota publicada por el diario Olé que firma el colega Martín Blotto.
Pese a su corta edad, y tras un breve período de adaptación, el pequeño comenzó a vivir en la pensión del club “millonario”, donde todos sus formadores elogian su comportamiento y su capacidad futbolística.
“Es un jugador creativo, con el ADN de River en su técnica: fino, con buen pie, buen tranco y un excelente biotipo, que le permite jugar tanto de volante extremo como interno”, lo describe Daniel Brizuela, el director de captación del club. “Tiene la pegada y el manejo que queremos. Y mucho para progresar por su lectura de juego y su capacidad táctica. Tengo muchísimas expectativas en él”, agrega Gustavo Fermani, quien dirigió a Juan Cruz en sus inicios.
“Juancito”, como le dicen con cariño, se encuentra pasando la cuarentena con su familia en Caá Catí, donde se entrena y sigue las charlas vía Zoom que organizan sus instructores.
Una vez que pase la pandemia y el país vuelva a retomar la nueva normalidad, volverá a River para estudiar y jugar. Recién en 2022 podrá participar del torneo de novena división, donde buscará emular a su hermano “Maxi” y al “Keko”, otros dos productos for export de Caá Catí.
El Litoral