El 15 de noviembre de 2017 se produjo la implosión del sumergible de la Armada Argentina, una de las mayores tragedias navales en tiempos de paz. La causa todavía sigue sin poder precisarse.
El ARA San Juan era un submarino de la Armada nacional que realizaba una travesía por el mar Argentino con 44 personas a bordo. Para noviembre de 2017 había salido de Ushuaia con destino a Mar del Plata.
Sin embargo, el 15 de noviembre a las 7.30 la Armada perdió contacto con el submarino, les resultó imposible reestablecer las comunicaciones. En las comunicaciones internas comenzaron de hablar de «sospechas de extravío» o «submiss».
Recién día siguiente la información comenzó a ser difundida por los medios de comunicación nacionales y el impacto mundial fue casi inmediato. En tiempos de paz no es habitual que ocurra un fenómeno semejante.
Recién al día siguiente la Armada Argentina emitió un comunicado oficial confirmando la situación del ARA San Juan. Sin embargo no emplearon las palabras «extravío», ni «desaparición», como así tampoco informaron si se había iniciado un operativo de rescate.
Los días fueron pasando sin novedades por lo que las polémicas y acusaciones no se hicieron esperar, especialmente por parte de las familias de las 44 personas que estaban en el submarino. Los medios de comunicación comenzaron a publicar sobre numerosas hipótesis.
Numerosos países se sumaron a la búsqueda del sumergible, entre ellas varias de las principales potencias militares del mundo como Rusia, Reino Unido y Estados Unidos. También países sudamericanos como Brasil, Uruguay, Perú, entre otros.
El procedimiento fue naval, aéreo y también a través de satélites. Pero con el paso de los días las esperanzas de encontrar con vida a los tripulantes se fueron disminuyendo hasta que el 30 de noviembre el Gobierno consideró que no había posibilidad de encontrarlos vivos y dio por terminada la búsqueda de personas, luego del mismo submarino.
Numerosas investigaciones se iniciaron para tratar de determinar qué pasó con el ARA San Juan. Una judicial, otra del Gobierno Nacional y del mismo Congreso.
Tras un reclamo de los familiares con acampe incluído en Plaza de Mayo, el Ministerio de Defensa anunció la contratación de ma empresa privada. El 10 de septiembre de 2018 se reinició la búsqueda.
Finalmente el 17 de noviembre el barco Seabed Constructor encontró al ARA San Juan a 907 metros de profundidad, muy cerca de un lugar llamado «punto dato Cabo de Hornos 1», a 500 kilómetros de la costa a la altura de Comodoro Rivadavia. Habían pasado un año y dos días después de la desaparición.
Todavía se desconoce con precisión qué ocurrió abordo y las acusaciones de negligencia siguen vigente. Lo que se sabe es que el ARA San Juan implosionó a las 10.55 del 17 de noviembre de 2017, probablemente por una explosión en uno de sus bancos de baterías.
El 18 de julio de 2019 la Comisión Bicameral Investigadora de la Desaparición del Submarino ARA San Juan difundió su informe final. Detallan que «hubo una clara responsabilidad política y administrativa» del gobierno Mauricio Macri, especialmente del ministro de Defensa Oscar Aguad, tanto en los aspectos operativos y presupuestarios como en el ocultamiento de la información y el desamparo de los familiares.
Además, descartaron la posibilidad de que el submarino pudiera ser atacado o embestido por otra nave.
