Provinciales

Justicialistas enojados con Camau Espínola

Fueron pocos los dirigentes justicialistas que hicieron público su malestar con el ex intendente kirchnerista hoy devenido en macrista. “Traidor”, “coherencia”, algunos de los epítetos utilizados contra él. La cacería de “camausistas”, a la orden del día.

La mayoría de los dirigentes peronistas se llamaron a silencio mientras masticaban bronca e insultaban por lo bajo al senador nacional Carlos “Camau” Espínola, quien decidió pasarse al macrismo de la mano de Miguel Angel Pichetto y Ricardo Colombi, su ex contrincante electoral.

Los pocos peronistas que se expresaron lo hicieron por las redes sociales. El diputado provincial y senador electo Martín Barrionuevo, sindicado como un “hombre del camausismo”, fue tajante: “De Camau no voy a hablar. Debería hablar él. En mi tuit dejé en claro mi postura. Está claro que tengo una posición distinta”, dijo a los medios.

El legislador publicó: “Voy a trabajar por una Argentina mejor, lo voy a hacer por el camino que me enseñaron mis padres que es el que recorrí en más de 25 años de militancia: el de la coherencia, la transparencia y el compromiso con nuestra gente, que necesita confiar en su dirigencia política”.

Es evidente que su postura quedó clara.

Uno de los pocos peronistas que opinaron en los medios fue el diputado nacional Jorge Romero: “Tenía otro concepto de Camau y Perón dijo que el que pasa al bando enemigo, pasa a ser un traidor, es una lástima”.

“Se veía venir que su actuación era así, muy contemplativa con las políticas de Mauricio Macri, en su apoyo a las leyes como el voto al juez Fresneda, a los fondos buitre, pero jamás pensé que iba a pasarse a participar dentro de las filas de Cambiemos y eso es pasar a ser el enemigo”, manifestó el legislador nacional en comunicación con el programa radial En el aire.

Otro de los justicialistas que alzaron la voz en las redes sociales fue el concejal Omar Molina, quien en Twitter escribió: “Ahora cuando el pase de Camau es oficial, muchos salen a criticarlo fervientemente; otros que lo acompañaban, a despegarse rápidamente haciendo aclaraciones públicas. Las posiciones de Camau no son nuevas, ni sus inconductas novedad. La incoherencia no es solo de él, también de estos que callaron, hasta se enojaron con quienes criticábamos posicionamientos políticos como fondos buitres (recuerdo a un legislador venir a visitarme para pedirme que, por favor, no expusiera mis diferencias con Camau públicamente), presupuesto, pliego de Fresneda”.

Molina disparó contra todos y, sin nombrarlo, fustigó a Martín Barrionuevo: “¿Así que seguir el camino de la coherencia? Coherencia hubiese sido que no vengas a llorarme a mi despacho para que deje de criticarlo cuando votaba a los buitres o cuando andaba maldiciéndome cuando solicite formalmente que lo sancionen por votar el pliego de Fresneda”, cargó en su red social. El resto de la dirigencia peronista evitó emitir palabras en los medios de comunicación.

Pese a esto, el escándalo por el pase de Camau al macrismo tuvo repercusiones nacionales. El ex secretario de Deportes de la Nación, Claudio Alberto Morresi, le dedicó 140 caracteres demoledores (ver recuadro).
La sangría para Camau continuaría por un largo tiempo.

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