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Una incógnita en torno a la sigla FPV para las próximas elecciones

La Justicia Electoral resolvió en favor del uso de este nombre pero dejó en claro que la decisión no está firme. Será la Corte provincial quien, días antes o después del 25, resuelva con carácter definitivo. En este marco, adquiere significativa importancia el tiempo que demande la tramitación del recurso.

Aunque ayer se notificó el fallo de la Cámara Electoral provincial firmado el pasado jueves 2 que mantuvo en pie la sigla del Frente para la Victoria, la resolución, que sólo lleva la firma de dos de las tres camaristas (la presidente del Cuerpo, Herminia Puig se abstuvo de rubricarlo) deja varias lecturas.

 

La primera, quizás la más obvia, es que la cuestión queda con final abierto, lo cual lo certifica el propio Tribunal al dejar constancia de que la resolución no se halla firme y en consecuencia, a los fines de la boleta, adquiere carácter provisorio su oficialización con toda la incertidumbre que ello genera.

La segunda es que, de acá en delante, los tiempos judiciales entran en un marcado divorcio con los tiempos políticos. No parece un hecho menor que, dictada la resolución, el jueves 2, recién se halla notificado cuatro días después, y que la propia sentencia determina un plazo de dos días hábiles para la apelación, lo cual lleva a que la misma vence recién el día jueves, a las 9; por lo cual difícilmente el expediente pueda ingresar al Superior Tribunal antes del miércoles 15. Ahí se correrá vista al fiscal general, César Sotelo, cuya opinión, si bien no es vinculante, llevará un tiempo para ser evacuada luego de lo cual el Tribunal comenzará a analizar, no siendo un hecho menor que, para entonces, sólo estarán en funciones tres de los cinco ministros habida cuenta que dos de ellos estarán en el exterior hasta el lunes 27, siendo de toda evidencia que una decisión de esta naturaleza difícilmente sea resuelta sin el concurso de todos los jueces.

Otro tema a tener en cuenta es que la decisión del Tribunal de alzada era en términos políticos absolutamente previsible. Se trata de una instancia intermedia entre la Juez de Primera Instancia y el Superior que es quien, a la postre, tendrá la última palabra. Si el objetivo de máxima fuera no solo privar del uso de la sigla, sino voltear toda la lista de candidatos, en toda la Provincia, pareciera claro que se debe dejar avanzar el desarrollo del cronograma electoral, de modo que una eventual decisión en contra al uso de la sigla implique además un impacto sobre la nómina, cuya boleta será oficializada con carácter provisorio al estar sujeta a la decisión final del Superior Tribunal.

Cierto es que la decisión pudo tomarse antes del jueves 2 en Cámara, cierto es que no hay razón para demorar la notificación cuatro días más, como también es un hecho significativo que no se hayan abreviado los plazos electorales, lo cual es norma en situaciones de esta naturaleza otorgándose dos días para la apelación de la que a su vez deberá correrse traslado a los apoderados del Frente para la Victoria, lo cual supone que la elevación al Superior Tribunal difícilmente se haga antes del miércoles 15.

 

Los análisis políticos y evaluaciones dispares

Por estos días, el llamado Frente para la Victoria muestra una notoria dificultad para instalarse en la escena política provincial. Por un lado incide la falta de figuras de peso, por otro la falta estructura, y de recursos suficientes, lo cual se hace evidente por la no presencia en la opinión pública.

En este contexto, la visión desde el peronismo y desde el gobierno muestra similitudes y diferencias sin que a esta altura, en un análisis objetivo, haya coincidencia en un sector y otro respecto a la real conveniencia de privar del uso de la sigla.

Los sectores del peronismo que se han visto burlados por la maniobra artera llevada a cabo por la llamada Cooperativa reconocen que si al final el Superior los priva del uso de la sigla, volteando por tanto la lista, podría ser una tabla de salvación ante un previsible Waterloo político que sea consecuencia de un resultado fuertemente negativo. El golpe de gracia a la llamada Cooperativa sería dado por el cuerpo electoral de la Provincia que no revalide la oferta electoral de este sector del peronismo que intentó primero robar el sello del partido y luego apropiarse de una sigla íntimamente asociada, cuyo uso resulta plenamente ilegítimo al no estar el PJ en carrera.

Del lado del oficialismo existe similar análisis. Entienden que un categórico triunfo sobre el FPV le daría cartel nacional a ECO, en un momento en que cada una de las elecciones son batallas perdidas o ganadas que pueden exhibirse en la escena nacional.

Algunos sectores del oficialismo admitieron que quizás en Capital el triunfo de ECO podría ser menos categórico pero no es un secreto que hay quienes dentro de la propia alianza gobernante no ven con simpatía que Eduardo Tassano, o el propio Carlos «Mono» Vignolo, virtual jefe de campaña puedan capitalizar un resultado importante.

Y de hecho no faltan quienes ven negociaciones cruzadas, existan o no, entre sectores del oficialismo y del peronismo con vistas al tiempo que se viene.

En esto está claro, y es lógico por demás, en orden a la naturaleza e importancia de los intereses en juego, que solo haya una fina línea divisoria entre oficialismo y oposición, más allá que no son pocos quienes arriesgan a que resulta cuanto menos difícil determinar cómo juegan actores relevantes de la escena política provincial.

Por aquello de que todo tiene que ver con todo, y por la lógica existencia de una interacción permanente entre los intereses en juego, está claro que a esta altura resulta muy difícil hacer una evaluación política de cómo va a terminar cayendo la taba, en una decisión que quizás poco tenga que ver con el apego a la fría letra de la Ley. La dinámica política hace que, hoy por hoy, las cosas aun no estén del todo claras. Sólo el tiempo permitirá que más cerca del día de la Patria se vea la tendencia de un fallo que será altamente político. Graficando podría decirse que el partido se está jugando en la mitad de la cancha.

Más allá que, para el hombre de la calle, en el sentido común, que es el más común de los sentidos, asoma la nítida ilegitimidad de la apropiación de una sigla que es patrimonio de un partido que no corre en esta elección.

En este contexto, la opinión pública quizá se ha adelantado a juzgar por lo obvio que resulta lo irritante que sería convalidar conductas reñidas con los más elementales principios morales que hacen a la convivencia republicana.

Lo cierto es que a poco más de veinte días del cierre de campañas uno de los frentes corre en desventaja. No se sabe si llegará a lograr cargar su boleta en las urnas que serán distribuidas en toda la Provincia para la elección del 2 de junio.

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