La Policía israelí recomienda imputar a Netanyahu por corrupción y fraude
El jefe de gobierno dijo que es una «difamación». La oposición exigió que dimita, pero él afirmó que seguirá «liderando a Israel de manera responsable y fiel».
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó de «difamación» las recomendaciones hechas por la policía para que la Fiscalía lo impute por soborno, fraude y ruptura de confianza en dos casos de corrupción, y aseguró que no abandonará su cargo.
Tras una investigación que a lo largo de un año abordó a más de 100 testigos, la policía consideró que halló «evidencias suficientes» contra Netanyahu en dos casos: uno es el denominado «Caso 1000», por aceptar lujosos regalos de millonarios para él y su familia como puros y champán francés por valor de decenas de miles de dólares a cambio de favores. El jefe de gobierno y su esposa, Sara reconocieron haber recibido los obsequios, pero consideraron que sólo fueron un «intercambio entre amigos» y negaron haber dado algo a cambio.
En el «Caso 2000» la policía encontró indicios de soborno, fraude y abuso de confianza por un intento de pacto con Arnon Mozes, editor de un diario israelí de gran difusión, el Yediot Aharonot, para lograr una cobertura más positiva de su persona y gestión a cambio de perjudicar la distribución del diario rival, el gratuito Israel Hayom.
En una comparecencia televisiva desde su residencia, Netanyahu lamentó que se hayan abierto 15 investigaciones para «sacarlo del poder» y defendió que «esta vez las cosas terminarán en nada» Netanyahu ya fue sospechoso de corrupción en el pasado sin sufrir mayores consecuencias. A sus 68 años, añadió que seguirá trabajando en el cargo «de manera responsable y fiel».
Dijo que todo lo que hizo fue por el bien del país, «no por cigarros de amigos o por una mejor cobertura en los medios». Mientras, el portal Ynet del grupo editorial de Mozes difundía extractos de una conversación de ambos sobre la circulación del Israel Hayom.
La decisión de procesar a Netanyahu depende ahora del fiscal general, Avishai Mandelblit. La ministra de Justicia, Ayelet Shaked, sostuvo que un primer ministro inculpado oficialmente no está obligado a dimitir.
Sin embargo, diputados opositores de diversos partidos reclamaron su renuncia, como la legisladora Tamar Zandberg del pacifista Meretz: «Netanyahu ha perdido la autoridad moral sobre su Gobierno. Si no renuncia hoy, todos y cada uno de los 60 miembros de su coalición deberían levantarse y decir: «Suficiente. Levántate y vete». A la cabeza del gobierno desde 2009, tras un primer mandato entre 1996 y 1999, Netanyahu ya superó los 11 años en el poder.