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Los jihadistas de EI planeaban un atentado de mayor alcance en Barcelona

 

Según las autoridades, buscaban atacar con camiones bomba el centro de la ciudad, pero la explosión de un depósito repleto de garrafas de gas frustró su objetivo; Rajoy, Felipe VI y Puigdemont encabezaron una masiva concentración

BARCELONA.- Eran más de diez. Tan jóvenes y fanatizados como inexpertos. Llegaron a acumular más de 100 garrafas con gases explosivos con las que pensaban atiborrar tres camionetas bomba para detonarlas en plena Barcelona.

El jefe de los Mossos de Escuadra, Josep Lluís Trapero, explicó que trabajan con la hipótesis de que el atentado de Estado Islámico (EI) se preparaba «desde hacía un cierto tiempo» en una casa de Alcanar, en Tarragona, donde se registraron dos explosiones el miércoles. «El estallido donde presuntamente preparaban explosivos evitó atentados de mayor alcance», señaló. Se encontraron allí varias decenas de garrafas de gas, que podrían haber servido para fabricar bombas.

La investigación avanzó con la certeza de que, entre los muertos, figuraba el principal sospechoso de haber conducido la camioneta. Se trata del marroquí con residencia española Moussa Oukabir, de sólo 17 años.

Anoche, en un día marcado también por la concentración de miles de personas en el lugar del ataque, la policía daba por terminado el principal capítulo de la persecución de los atacantes. Cinco de ellos se dieron por muertos y otros dos fueron detenidos. El rompecabezas, sin embargo, está lejos de cerrarse aún y quedan casilleros por completar.

Entre los datos llamativos figura que por lo menos cuatro de los atacantes fueron abatidos por una sola mujer policía. «No es algo que se vea todos los días», admitieron autoridades. El nombre de la mujer permanece en reserva.

Lo que inicialmente pareció la acción de un puñado de «lobos solitarios» derivó, según avanzaba la investigación, en el fruto de una red más compleja. La duda era si el joven comando tenía contactos con fuentes de EI en el exterior.

Con 14 muertos -el número de víctimas aumentó con una mujer apuñalada por uno de los jihadistas de Cambrils- y más de 120 heridos, el peor atentado terrorista en 13 años en el país generó un impensado clima de unidad, que derivó en un acercamiento político no visto en mucho tiempo.

Eso ocurrió cuando el titular del gobierno catalán, el independentista Carles Puigdemont, marchó junto al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy. Es sabido que ambos no tienen la mejor de las relaciones.

Pero, esta vez, además de prodigarse cortesías y compromisos de trabajo conjunto, ambos escoltaron al rey Felipe VI en plena ciudad. Un escenario donde, en vez de ser aplaudido, usualmente es abucheado. Nada de eso ocurrió ayer.

 

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